En busca del tío perdido


Letra Viva editorial, Buenos Aires, 2020

La noche de su mudanza al barrio de Monserrat, Irma Larrondo tiene un sueño que la inquieta. Al día siguiente, sesión de análisis mediante, las arrevesadas imágenes oníricas habilitan vagos recuerdos de cuando vivía con sus padres, sus hermanos y un tío, tan guitarrero como anarquista, que un día dejó de estar y su ausencia impregnó un espeso silencio. Con especial intensidad, en la memoria de Irma permanece la escena sin final de una figura a contraluz viniendo hacia ella y el croar latoso de una ranita de juguete. Mucho se ha trajinado la importancia del padre, de la madre en lo relativo al nodular conflicto que Freud estipulara a propósito de Sófocles. En relación a ellos, la figura del tío tiene una descuidada injerencia. Estas páginas rinden tributo a quien habilita las confidencias de adolescentes desvelos. Decidida a averiguar qué fue de su tío, la protagonista recurre a un investigador que deberá recorrer un tramado cuyo hilo conductor atraviesa Parque Lezama, el bar Little Norwegian, un consultorio de psicoanalista en el Conventillo de los Ingleses de Barracas, el bistró Chez Jean-Paul de San Telmo, el Cine Argos, el café Los cosos de al lao de Colegiales, el bar Santa Paula, la biblioteca anarquista Rojo y Negro, el restaurante ruso Alexandra de Florida, Tristes Tigres en el Delta, hasta expandirse por el no lugar de la anarquía. En la producción de Carlos D. Pérez, En busca del tío perdido integra la serie protagonizada por el investigador Esteban Riquelme. Además de novela, ha escrito sobre clínica y teoría psicoanalíticas. Se atrevió a la poesía en un breve libro (“A la pequeña luz del breve día” tituló Guillermo Orce Remis un poemario aludiendo a un verso de Fernando de Herrera: “en la breve palabra cabe un mundo”). También escribió teatro en aparcería con César Hazaki y organizó espectáculos lindantes con el music hall, para los que escribió nuevas letras a temas tradicionales y nuevos temas con música de Hernán Bonadeo, llevados a escena por el grupo finaconcurrencia, del que formó parte.

El blasón de los Bathory 

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